viernes, 6 de mayo de 2016

ESTO SÍ QUE ES ARTE


Me quedé muy sorprendido cuando le dijeron que no. Que aquello no era de la categoría suficiente para poder exponerlo en su galería. Que el arte era otra cosa y, por supuesto, no lo que ella les estaba proponiendo. Eran unos galeristas serios, afirmaban categóricamente rodeados de lienzos a medio pintar y de artilugios vacíos colocados de forma inverosímil sobre peanas inertes. A ella se le vino el mundo al suelo y las lágrimas comenzaron a caerle, despacio, por la cara pintada de rojo brillante. Se quedó allí de pie, sintiendo vergüenza por primera vez desde que había concebido aquella obra. Su gran obra de arte. Y no entendía nada y se cubría los pechos con los brazos temblorosos mientras se recordaba frente al espejo, bailando en silencio y dejando caer de su pelo en movimiento miles de partículas de purpurina que empapaban todo, que volaban por la habitación manchándome la sonrisa mientras yo la observaba feliz desde la cama. Sí era arte. Para ella sí. Y para mí, también.

Al salir a la calle le puse mi abrigo por encima. Y aunque me lo rechazó, le insistí en ello. No porque me importara que todo el mundo girase la cabeza al verla pasar desnuda sino porque los poros de su piel, hinchados, delataban que estaba pasando frío.




...............................................................................................................................Ilustración de Suna Sun

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